LA HIPOCRESÍA DE LOS PERUANOS
El domingo 15 de diciembre, Carlos Gabriel Edgardo Campos Zapata y Alexandra Antonella Porras Inga murieron a consecuencia, al parecer, de una descarga eléctrica en el interior de una de las sedes de McDonald’s, ubicada en el distrito de Pueblo Libre, en Lima.
Como cualquier ser humano, lamento mucho este accidente y sobre todo el fallecimiento de estos dos jóvenes pero, más aún, la hipocresía y la cochinada de la que está cubierta nuestra sociedad.
Según información que es pública, cada hora se producen dos accidentes de trabajo en nuestro país y cada tres días muere una persona por este motivo. Son estadísticas de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil). El superintendente de esta institución, Juan Carlos Requejo, deduce de lo reportado el año pasado, que hubieron 20,400 accidentes de trabajo a nivel nacional, de los cuales 151 fueron mortales.
Las cifras de este año, solo hasta el mes de octubre son superiores. De acuerdo con el “Boletín Estadístico de Notificaciones de Accidentes de Trabajo, Incidentes Peligrosos y Enfermedades Ocupacionales” del Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo (MTPE), en diez meses ya se han reportado 194 muertes y 29,736 accidentes laborales.
Si actualizamos el promedio brindado por Sunafil. Hasta octubre de 2019, cada dos días murió un trabajador en su centro de labores.
Es decir, hasta el mes de octubre, 194 muertes, sin contar a estos dos jóvenes, pero nadie hizo ruido, nadie hizo escándalo, nadie hizo nada, hasta que pasó en McDonald’s.
Y si bien la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo ha sostenido que Sunafil tendrá que dar su informe en 30 días, extrañamente se ha filtrado información que dice muy técnicamente que había una máquina expendedora de gaseosas que presentaba “una fuga de corriente eléctrica”. Según lo indicado por el ingeniero mecánico-electricista encargado, “La máquina de bebidas Multiplex presenta un deficiente aislamiento debido a las manipulaciones y adaptaciones de accesorios del sistema, control y fuerza, por lo que la carcasa de material conductivo de electricidad presenta energización, presenta fuga de 36 mA, superando el valor máximo de 32 mA”. En el documento entregado a la Policía también se indica que el sistema eléctrico de la máquina no presentaba protección eléctrica con interruptor diferencial, solamente presentaba protección con sistema de puesta a tierra deficiente. Por último, el informe establece que en la máquina hubo una fuga de corriente que se descargó sobre los cuerpos de los trabajadores.
No puedo más que quedar impresionado por la capacidad y eficiencia de nuestra burocracia, que en pocos días prácticamente ha dictaminado sentencia, porque es McDonald’s y eso vende. El accidente que ocurrió en Comercial Charito en Chumbivilcas hace tres años, sigue pendiente de informe.
¿Y qué hay de las galerías de Gamarra en La Victoria, qué hay de Mesa Redonda en el centro de Lima, qué pasa con el riesgo de transitar por la Costa Verde, qué pasa con el peligro de abordar una unidad de transporte público, qué pasa con el ordenamiento de las motos de Glovo, Uber, Rappi, qué pasa con las unidades de transporte colectivo, qué pasa con las revisiones técnicas y otros muchos más?
Pero no, en este caso pasó en McDonald’s, algo que puede vender más y tal vez se les pueda sacar plata.
Una pena, vivimos en un país lleno de hipócritas envueltos en mierda.
Que pasen todos una feliz navidad.