CUANDO LA CORRUPCIÓN HIZO METÁSTASIS
Los peruanos y residentes extranjeros en el país, que mayoritariamente somos gente de bien, no terminamos de asombrarnos de los niveles de corrupción a los que puede haber llegado este país.
Nuestro sistema de justicia, fundamental para el funcionamiento normal y adecuado de cualquier sociedad y que integran entre otros el Ministerio Público, el mismo Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, la Academia de la Magistratura, la OCMA, los colegios de abogados y por qué no, la Policía Nacional del Perú, ha quedado demostrado, está podrido por donde se le mire.
Lo mismo sucede en muchísimos gobiernos regionales, alcaldías provinciales y alcaldías distritales, en los cuales la cantidad de autoridades presas, con orden de captura o investigadas suman los cientos de personas, con delitos que incluyen hasta el sicariato.
Ahí están por ejemplo, y solo por mencionar Lima, el alcalde de La Victoria, jefe de una banda de delincuentes recientemente detenidos, el prófugo Luis Barthelmess, alcalde de San Bartolo o los hoy presos Carlos Arce, alcalde de Santa Rosa y Ángel Chilingano alcalde de Villa María del Triunfo, todos ellos de Solidaridad Nacional, el partido de Luis Castañeda y en su momento, de ese delincuente que aún anda libre, José Luna, dueño de la universidad Telesup y hoy líder del partido Podemos Perú, inscrito aparentemente de manera irregular y que postula a la Municipalidad de Lima al procesado por asesinato, Daniel Urresti.
Y también tenemos los casos emblemáticos como Odebrecht, sin poder dejar de mencionar a la minería ilegal y la tala de árboles ilegal, estas últimas muy relacionadas con el narcotráfico y, por lo tanto, con Sendero Luminoso.
Así estamos, lamentablemente.
Hoy, el Poder Judicial se hace el sorprendido y pretende hacernos creer que ellos no sabían lo que pasaba en su propia casa, pero todos los peruanos que por alguna razón tienen que enfrentarse o recurrir a este poder del estado, si lo saben. Si saben que todo es una cochinada, que todo es coimas, que todo debe arreglarse bajo la mesa.
¿El renunciante presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, no sabía que presidía un nido de ratas y cucarachas? ¿Su reemplazante Víctor Prado no lo sabe? ¿Los anteriores como Víctor Ticona, Enrique Mendoza, César San Martín o Javier Villa Stein no lo sabían? ¿Qué hicieron todos estos mediocres para resolver este cáncer en nuestro sistema de justicia?
Después de todo este vergonzoso escándalo que hemos conocido a través de los audios difundidos, que también incluyen al Ministerio Público, con un Fiscal de la Nación muy cuestionado y mentiroso además, y al Consejo Nacional de la Magistratura, con todos sus miembros cesados, se pretende hacer una reforma en la que tendrían que participar estos señorones.
¿Y por qué tendríamos que esperar que una reforma de nuestro sistema judicial pudiera ser exitosa mientras participen los mismos anodinos corruptos que han permitido todo este estado de cosas? ¿Independencia de poderes dicen ellos? JAJAJA…
Algunos podrán decir que no todos los jueces o miembros del Poder Judicial son corruptos, pero si no lo eran, sabían lo que pasaba y no denunciaron, son igual de corruptos. Y lo mismo pasa en el Ministerio Público, en el Consejo Nacional de la Magistratura y en cualquier institución.
Lo que necesitaríamos, si queremos una verdadera reforma de nuestro sistema judicial, es declararlo en emergencia, intervenirlo de punta a punta y licitar a un concurso o licitación para que una misión internacional (que no sean de la ONU o de la OEA), o una consultora de prestigio de nivel global se encarguen de la misma. La selección de jueces y fiscales tendría que estar en manos de un Head Hunter de prestigio. Estoy seguro de que tendríamos un sistema judicial más eficiente y menos costoso.
Con respecto a los jueces y fiscales corruptos, tendríamos que hacerles un reconocimiento muy especial por los servicios prestados, como podría ser un viaje por el mar Caribe, en un barco exclusivo, para ellos únicamente, asegurándonos que la embarcación se hunda en una zona donde no haya tiburones, pues estos terminarían muriendo por envenenamiento.
Mientras tanto, el juicio a Gregorio Santos está a punto de quebrarse, el juicio al mafioso Rodolfo Orellana, denunciado por tráfico de terrenos y lavado de activos no avanza, el juicio a Martín Belaunde Lossio tampoco, la audiencia por el caso Perseo se suspende por la inasistencia del juez y como estos, cientos de casos más.