CANSADOS DE TANTA CONFRONTACIÓN




Sí, los peruanos ya estamos cansados, hartos de tanta confrontación, específicamente entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.

La aparente tregua en la que vivíamos después que Martín Vizcarra asumiera la presidencia, se terminó el 28 de julio, cuando anunció la convocatoria a una consulta popular, un referéndum, para plantear cuatro cambios en nuestra Constitución Política: La reforma del Consejo Nacional de la Magistratura, hoy desactivado a raíz del escándalo de "Los Cuellos Blancos del Puerto"; el financiamiento de los partidos políticos, el retorno a la bicameralidad y la no reelección de congresistas.

En lo personal, y lo he manifestado anteriormente, no estoy de acuerdo con la no reelección de congresistas (ni de alcaldes o gobernadores tampoco) y entiendo que los proyectos que envió el Poder Ejecutivo tenían muchos errores o inconsistencias y, por lo tanto, son susceptibles de ser modificados y mejorados, sin desnaturalizar las propuestas.

La pelota estaba, pues, en cancha del Poder Legislativo, quien debía darle prioridad a estos importantes proyectos, de los cuales, valgan verdades, el único urgente es el relacionado al Consejo Nacional de la Magistratura. Y el Congreso hizo muy poco y lo poco que hizo fue desnaturalizar las propuestas originales. Con los días fue quedando en evidencia que a los fujimoristas no les interesa ninguna reforma, ni judicial, ni política. Una demostración de ello fue cuando el jueves que pasó, Fuerza Popular, en un acto de total sumisión a su patrona, "La Patrona del Mal", impidió la aprobación del dictamen de reforma del Consejo Nacional de la Magistratura en la Comisión de Justicia, donde hubo 7 votos a favor de todas las fuerzas políticas y 9 abstenciones de estos. Eso, en castellano claro, se llama sabotaje.

En todo este ínterin, el presidente, no tengo claro aún si bien o mal asesorado, aprovechó cada oportunidad, cada cámara, cada entrevista y cada plaza de provincia, para pechar y exigir al Congreso para que apruebe estos proyectos en el más breve plazo, para que el referéndum pueda darse en diciembre, coincidiendo con la segunda vuelta de las elecciones regionales. En una entrevista a CNN advirtió que "vamos a usar todos los mecanismos para cumplir nuestros compromisos pero sujetos a la Constitución" y que "dentro de las medidas está establecida la cuestión de confianza que, de no otorgarse permite el cierre del Congreso. No descartamos ninguna medida para lograr el objetivo de luchar y destruir la corrupción que tanto daño ha hecho al Perú". En todo caso, "guerra avisada no mata gente".

Y cumplió. Y el domingo último el presidente, en un mensaje a la nación,  anunció que oficializaría una cuestión de confianza por las reformas constitucionales que ha planteado, convocando a legislatura extraordinaria al Congreso de la República este miércoles 19 de setiembre.




En el otro extremo, la señora Fujimori, ella sí pésimamente mal asesorada, siempre soberbia, siempre con esa expresión de odio y de resentimiento, más preocupada por las investigaciones que tiene por enriquecimiento ilícito y lavado de activos, a quien cada vez la tienen más acorralada y desesperada porque el destape del escándalo de "Los Cuellos Blancos del Callao" ha sido un serio revés en su estrategia de defensa, decidió salir a los medios, enfrentando al presidente de manera poco inteligente, lo cual le ha valido, con seguridad, una mayor desaprobación en las encuestas.

No solo eso, la señora K ordenó a sus esbirros, a su guardia de choque, a sus matones, a que salgan al ataque y es así como Luis Galarreta, ese petimetre de poca monta, que se escuda en su incapacidad física para agredir e insultar, declaró que el presidente Vizcarra y la vicepresidenta y congresista Mercedes Aráoz “resultaron ser ‘los cuellos blancos de Choquehuanca".

A su vez, la señora Úrsula Letona, vocera del fujimorismo, hizo un papelón al declarar en un programa de TV, dando por cierta una foto que circulaba en las redes y en la que supuestamente el presidente Vizcarra posaba –en sus épocas de jefe de campaña de Peruanos por el Kambio– junto al ahora detenido José Luis Cavassa, sin siquiera haberse cerciorado de si en efecto se trataba de la persona en cuestión y teniendo que pasar por el bochorno de ser desmentida al aire. Días después mencionó también que "El presidente Martín Vizcarra no solo es monotemático con el tema (de las reformas) sino súper confrontacional con el Congreso. Sentimos que no respeta nuestra institucionalidad". Por último, hasta el momento de escribir esta columna, vomitó contra la vicepresidenta y congresista Mercedes Aráoz diciéndole que ella “es esa clase de políticos que no deberían existir en el Parlamento ni en la política nacional”. Y yo le digo entonces, "Señora Letona,  empiece a respetarse a usted misma, respete al resto de congresistas y haga respetar al Congreso. En la medida que usted y sus colegas aprendan de institucionalidad, después los respetaré yo y todos los peruanos".

Sinceramente, señora Letona, con sus actitudes y pésima educación, se ha puesto a la misma altura de impresentables como sus coleguitas Héctor Becerril o Luis Galarreta.

Peor aún, la presidenta de la Comisión de Constitución, Rosa Bartra, sí, esa que parece una lechuza con anteojos pasada por agua, dijo hace unos días, entre otras tonterías, que entendía “el nivel de desinformación” del jefe de Estado sobre lo que se hace en el Congreso y le dedicó además un comentario por demás estúpido, “Pobrecito”, le dijo.

Es decir, una falta de respeto total del fujimorismo hacia la figura presidencial, quien personifica a la nación. Pero, ¿ya que nos puede sorprender de esta lacra que tanto daño le hace al Perú?

Y entonces, ¿adonde queremos llegar? ¿Hasta donde llegará la irresponsabilidad e inmadurez de nuestras autoridades, del Ejecutivo y del Legislativo, que pretenden seguir enfrentándose para demostrar quién tiene el poder, sin importarles lo más importante, que es el Perú?

Señor Presidente -usted principalmente porque es el primer responsable de mantener unido a nuestro país-, señor Primer Ministro, señora Fujimori, señor Presidente del Congreso, señores congresistas: Los peruanos estamos hartos. Hartos de tanta mezquindad, hartos de tanto egoísmo, hartos de tanta corrupción, hartos de que solo piensen en sus intereses personales y partidarios, y muy especialmente, hartos de que lo último que les importe es el Perú, que es lo que demuestran cada día en su accionar.

¡Nuestro país tiene problemas urgentes que resolver y ustedes están comportándose de manera absolutamente irracional e inmadura!

Por el bien del Perú, ojalá que este miércoles el Congreso otorgue el voto de confianza al gobierno.

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