LA FUGA DE HINOSTROZA, LOS RESPONSABLES Y LOS IRRESPONSABLES



La semana que pasó, los peruanos confirmamos, asombrados, lo que había comenzado como un rumor: La fuga del país del destituido ex juez supremo César Hinostroza. El señalado como el cabecilla de la mafia de Los Cuellos Blancos del Puerto, se fugó de la manera como lo hacen los delincuentes, que duda cabe, cruzando la frontera con Ecuador, de manera clandestina, en la oscuridad de la madrugada del domingo 7 de octubre, cuando autoridades y ciudadanía estabámos enfocados en las elecciones de ese día.

Hinostroza se escapó tres días después de que el Congreso aprobara la acusación constitucional en su contra, el jueves 4. La resolución legislativa fue publicada en el diario El Peruano recién el sábado 6.

En la cadena de negligencias que permitieron esta fuga, que debe avergonzarnos a todos los peruanos, el primer responsable es, sin duda, el Poder Ejecutivo, particularmente el Ministerio de Interior, a cargo de la Superintendencia Nacional de Migraciones y de la Policía Nacional del Perú, que debía garantizar la permanencia en el país de un personaje con tanta influencia dentro del Estado y que contaba con los contactos y dólares suficientes para escapar en cualquier momento.

El Poder Ejecutivo, no podemos ser mezquinos, rápidamente asumió su responsabilidad. El mismo día que se confirmó la fuga, en conferencia de prensa, argumentó que no se podía ordenar la detención de Hinostroza, debido a que todavía no había una denuncia oficial. El Ministro de Interior, Mauro Medina, responsable político de la situación, de manera correcta, como lo hace la gente decente, presentó su renuncia al cargo y el presidente Vizcarra la aceptó.

Renunció también el ex funcionario César Eduardo Herbozo Tarazona, quien era el jefe zonal en Tumbes de la Superintendencia Nacional de Migraciones. Extrañamente lo hizo el 11 de octubre, probablemente después de haber visto el vídeo incriminatorio. Fue separada de sus funciones y denunciada ante el Ministerio Público, la inspectora migratoria Yhenifferd Bustamante Moretti (si, ese es su nombre), aparentemente en complicidad con el ex-juez. Obviamente habrá una investigación profunda para conocer los detalles y los involucrados en la fuga. El día de hoy fue publicada también la resolución suprema por la cual el Gobierno dio por concluida la designación de Eduardo Sevilla Echevarría en el cargo de superintendente nacional de la Superintendencia Nacional de Migraciones. 

Es importante resaltar que el Ejecutivo, una vez que hubo la orden de captura, movió todos los resortes necesarios con el fin de dar con Hinostroza. 

Por el contrario, el Poder Legislativo a través de su Presidente Daniel Salaverry y sus secuaces, principalmente la señora Úrsula Letona, vocera del fujimorismo, se lavó las manos, cual Poncio Pilatos.

El Congreso demoró, entre otros, doce días para enviar al Ministerio Público el expediente con la acusación al ex juez supremo César Hinostroza. Y resulta extraño porque las interpelaciones a ministros, las iniciativas de vacancia al ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, el proceso de separación del Congreso de Kenji Fujimori y sus allegados, y la ley que liberaría a Alberto Fujimori y al Grupo Colina (ya observada por el presidente), se dieron siempre con singular rapidez.

Y aquí toca hablar de decencia, de ética y de moral, porque mientras en el Poder Ejecutivo, el Ministro de Interior, responsable político, puso su cargo a disposición y fue aceptada su renuncia, en el Legislativo, el responsable político, Daniel Salaverry, se desentendió, acusó a otros y exigió el despido de funcionarios de menor rango como el Oficial Mayor, el Director General Parlamentario y de la  jefa de Gabinete de Asesores del Congreso. Esta última, una fanática fujimorista.

¿Y los valores? ¿Y la ética? ¿Y la responsabilidad política? No pues, a un renegado aprista,  a un cuestionado proveedor del Estado, a un deudor de la SUNAT, a un personaje que se acomoda según sean las circunstancias, hasta distanciándose de su patrona, no se le puede pedir tanto. Esa es la diferencia entre la decencia y la indecencia.

No podría dejar de mencionar a la señora Úrsula Letona, vocera de Fuerza Popular, que al igual que sus antecesores, Luis Galarreta y Daniel Salaverry, cumple el rol de matona y de agresora constante, el cual debe estar muy bien descrito en el manual de funciones de su partido. La señora Letona, en todos estos días, no ha hecho más que despotricar contra el Poder Ejecutivo, con su voz gangosa, tratando inútilmente de limpiar la imagen de la cueva de ratas en la que habita y la cual, probablemente, presidirá en el próximo período.

Recordemos, Fuerza Popular y el Apra, blindaron desde un principio a César Hinostroza y a los ex miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, tanto en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales como en la Comisión Permanente del Congreso. Tomándose todo el tiempo del mundo, con la excusa del debido proceso y sin medir la urgencia del caso, exoneraron al ex juez y a los ex magistrados del delito de crimen organizado. Y ganaron tiempo y ganaron tiempo, mientras el amigote de la señora K, planeaba su fuga.



Tengamos mucho cuidado de la señora Letona, un animal político. La Letona es una persona inteligente, pero que suda por todos sus poros, soberbia, odio, resentimiento y ambición por el poder. Personajes de esta especie, son muy peligrosos para nuestra democracia, más aún cuando podría ser la próxima presidente del Congreso.

Mención aparte para los comentarios desafortunados de las congresistas Rosa Bartra y Karina Beteta, así como la lamentable actitud mostrada por los apristas Jorge Del Castillo y Mauricio Mulder, quienes en su preocupación por la captura de Hinostroza, me hicieron recordar a los dos viejitos de Los Muppets.



Por último, el Ministerio Público, esa institución hoy tan desprestigiada, gracias al señor Pedro Chávarry, Fiscal de la Nación. Ellos también son responsables, pues, aunque aducen no poder actuar de oficio y que necesitaban el expediente del  Congreso con la acusación, bien pudo exigir al Presidente del Poder Legislativo el envió de esta documentación, dada la gravedad del caso.

Pero no pasó esto, ¿y saben por qué? Porque el señor Pedro Chávarry, el "hermanito" de César Hinostroza, también es investigado por formar parte de la misma banda criminal.

Finalmente, el viernes 19, Hinostroza fue detenido en Madrid y enviado a prisión. Le duela a quien le duela, punto  a favor para el presidente Vizcarra y el Poder Ejecutivo, una nueva derrota para el Congreso, que sigue hundiéndose en el fango del desprestigio y la vergüenza.

PD.- Mis condolencias a la familia de don Carlos Boloña, un personaje al que la historia del Perú sabrá reconocerle su enorme mérito como Ministro de Economía, gestor y responsable de las grandes reformas que rescataron del desastre y transformaron a nuestro país.

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