OJO CON LA IZQUIERDA Y LOS GOBIERNOS REGIONALES
Resulta sumamente preocupante lo que viene sucediendo en la actualidad en los gobiernos regionales, creados hace casi 20 años, de una forma precipitada y sin mayor debate, durante el gobierno del prófugo de la justicia Alejandro Toledo. Es verdad que los gobiernos posteriores han hecho poco o nada por corregir la situación, tal vez solo cambiar el pomposo título de presidente regional, al de gobernador regional, un simple tema de maquillaje y prohibir la reelección inmediata, lo cual considero injusto.
A lo largo de todos estos años, el balance de estos gobiernos regionales, en cuanto a gestión, ha sido sumamente negativo, principalmente por los altísimos niveles de corrupción existentes, así como por la incapacidad para liderar, dirigir y gerenciar el desarrollo de sus regiones.
Pero por sobre todas las cosas, la incapacidad de la ciudadanía para elegir correctamente.
Hoy tenemos a gobernadores regionales como Oscar Altamirano en Amazonas, sentenciado por demanda familiar/alimentaria; a Juan Carlos Morillo en Ancash, sentenciado también por materia familia/alimentaria y por violencia familiar en otro caso. A Elmer Cáceres en Arequipa, sentenciado a pena de dos años de privación de la libertad, suspendida, por entorpecimiento a un funcionario de medios de transportes, pena de un año ocho meses por falsa declaración en proceso, además de otras acusaciones de violación, extrañamente archivadas.
En Lambayeque está Anselmo Lozano Centurión, también sentenciado por materia familiar/alimentaria, lo cual ya parece ser una práctica común de abuso entre las autoridades elegidas. Léase machismo y falta de educación.
En Ucayali, el señor Francisco Antonio Pezo Torres, de Alianza para el Progreso, sentenciado a pena privativa de la libertad de dos años por apropiación ilícita y resistencia a la autoridad.
En Puno, el peligrosísimo Walter Aduviri, líder del "Aimarazo de 2011", que desencadenó el saqueo y la quema de los almacenes de Aduanas en Puno, de la sede de la Gobernación y las oficinas de la Contraloría, así como la renuncia del inepto e incapaz ministro de Interior de ese tiempo Fernando Rospigliosi. El fue condenado a siete años de pena de privativa de libertad pero un recurso de casación hizo que nuestro podrido Poder Judicial le permitiera postular y ganar las últimas elecciones.
Esta también Zenón Cuevas, quien fue uno de líderes que encabezó las violentas protestas que se registraron en Moquegua en el año 2008 y a la que se le llamó “Moqueguazo”, que se organizó en contra de la actividad minera.
Me guardo para el final de la lista de los actuales gobernadores a Vladimir Cerrón, radical de izquierda, antisemita, miembro del Foro de Sao Paulo (https://es.wikipedia.org/wiki/Foro_de_S%C3%A3o_Paulo) y uno de los últimos bastiones en la defensa del régimen de Nicolás Maduro en el Perú.
Es decir, una buena parte del país en manos de delincuentes e incapaces, muchos izquierdistas.
Hace unos días Vladimir Cerrón ofició de anfitrión de un evento en Huancayo que congregó a varias organizaciones de izquierda con el propósito de “sentar las bases de un proyecto democrático, popular y ciudadano que le ofrezca al país una alternativa política y una salida democrática y constituyente a la crisis actual”. Es decir, intentar una alianza para las elecciones del 2021. Entre los asistentes estuvo el gobernador regional de Moquegua, Zenón Cuevas, el tristemente recordado ex-gobernador de Cajamarca Gregorio Santos, con sentencia pendiente de parte del Poder Judicial y también la señora Verónika Mendoza, líder del movimiento Nuevo Perú, sin inscripción como partido.
Es así que a dos años y medio de que termine este período presidencial, la izquierda arranca motores. Por un lado la antes mencionada Verónika Mendoza, con la ayuda del partido de Valdimir Cerrón y de Goyo Santos. Por otro lado, siempre del lado cavernario, estarían el partido del ex-cura Marco Arana, probablemente Walter Aduviri que no cree en los anteriores, tiene su propio proyecto y tal vez hasta Antauro Humala con su trasnochado etnocacerismo.
Ojalá que el centro y la derecha se ponga las pilas ya y se pueda encontrar una alternativa viable que cubra el espacio que desperdiciaron Pedro Pablo Kuczynski y el fujimorismo, período que pudo ser uno de los mejores de nuestra vida republicana. ¿Fernando Cillóniz tal vez? El ha sido uno de los pocos gobernadores regionales exitosos y que además, no ha tenido miedo de enfrentar a la corrupción.
Hasta tanto, veremos a estos confundidos sociales lanzar iniciativas estúpidas como la de Zenón Cuevas, quien ha anunciado que va a presentar un proyecto de ley para lograr la aplicación de un impuesto a las utilidades netas. O la de Vladimir Cerrón, quien está planteando su propio diseño curricular regional (DCR), desconociendo el currículo nacional, sin haber convocado a los técnicos del Minedu ya que, según el, “el ministerio siempre ha vivido en otro planeta” (El Comercio, 25/01/2019).
Más preocupante aún es que las proyecciones de crecimiento del país para los próximos dos años podrían no cumplirse. En el corto plazo por la ya conocida oposición social y/o ambiental a los proyectos mineros promovida por estos caciques mononeurales y porque las condiciones externas (precios de los metales y costo del financiamiento) podrían empeorar.
Los proyectos Tía María (minero) y el de Majes-Siguas II (irrigación), ambos en Arequipa, están a la espera del permiso de construcción y de la firma de la adenda N° 13, respectivamente. El nuevo gobernador regional Elmer Cáceres, en su discurso de investidura indicó que era contrario a la puesta en marcha de Tía María y no estaba dispuesto a firmar la última adenda de Majes-Siguas II. Su visión para este proyecto es dedicarlo a la mediana y pequeña agricultura y no llevar a cabo las mejoras tecnológicas necesarias para garantizar el afianzamiento hídrico de las 38,500 hectáreas que se habían prometido.
En Moquegua hay una contradicción pues mientras su gobernador, que como hemos dicho, lideró el "Moqueguazo" del 2008, hoy se declara pro-minería, por otro lado ha planteado que las regiones, adicionalmente al canon que reciben, deberían tener participación en el 10% de las utilidades que obtienen las mineras, así como las empresas de generación eléctrica. Un absurdo que no tiene nombre.
En Puno, región que por alguna razón siempre me ha producido mucho rechazo por la idiosincracia de su gente y que estoy seguro nunca pisaré, el gobernador Walter Aduviri, se ha manifestado contra el proyecto Santa Ana, que tenía como promotor a Bear Creek (dueño del proyecto Corani). La paralización del proyecto Santa Ana le costó al Estado peruano una penalidad de US$ 32 millones. No está demás mencionar la iniciativa de este australopiteco de la política, de traer gas directamente de Bolivia. No me extrañaría que su próxima iniciativa sea la de declarar la independencia de Puno para anexarse al país de Evo Morales.
La situación es sin duda preocupante: Una izquierda que ha hecho su trabajo a nivel de regiones y provincias, cuyo único interés es mantener en la ignorancia a la población, mientras bloquea y torpedea cualquier proyecto que les pueda mejorar la calidad de vida.
El maldito virus de Goyo Santos se reproduce a lo largo del país sin que nadie haga nada.
Mientras tanto, en el Poder Ejecutivo, comandado precisamente por dos ex-gobernadores regionales, están preocupados por mantener su poco más de 60% de aprobación sin hacer nada más. En el Poder Legislativo están enfrascados en sus ridículas luchas de poder, de espaldas al país y en el Poder Judicial, soltando a delincuentes y metiendo presos a los que no deberían.
Una lástima. Si no se toma la decisión de invertir fuertemente en educación, seguiremos siendo un país inviable, sin futuro.