LA CRISIS DEL TRÁFICO EN LIMA





Hace poco más de un año el diario El Comercio inició la campaña de tránsito #NoTePases, la cual debía haber durado tres meses pero parece que pretende convertirse en una lucha de permanencia indefinida, lo cual debemos apoyar y aplaudir. Esta cruzada, como algunos recordarán, se propuso iniciar una campaña en favor de mejorar la cultura vial y contribuir a que se reduzcan las cifras de muerte en nuestras pistas.

A través de ella, se buscaba desentrañar cada uno de los factores que convierten a Lima en una de las ciudades más inseguras para peatones y pasajeros.

A lo largo de esta importante iniciativa, liderada por el periodista Juan Pablo León,  pudimos conocer a un sinvergüenza llamado Jesús Alberto Villareal Tasayco, el peor conductor de nuestra ciudad capital, quien, con 147 multas y 28 órdenes de captura, continuaba manejando con un brevete cancelado. Pudimos enterarnos también de que los depósitos del SAT se encuentran saturados y por ello hay más de 255,000 vehículos con orden de captura que siguen circulando libremente.

Descubrimos de la inutilidad de las papeletas, ya que existen muchos artilugios legales que finalmente hacen que estas prescriban. Vimos fotografías de vehículos ocupando los espacios para personas discapacitadas o estacionados en zonas rígidas, en ciclovías o en el pasto, así como otros autos circulando en sentido contrario u ocupando el carril contrario.

Supimos también de los peligros de tomar taxis de aplicación al descubrirse que estas empresas ni siquiera conocen a sus conductores; de las mafias en la emisión de brevetes y de las escuelas de manejo y centros de salud truchos que emiten certificados sin ningún tipo de evaluación, incluso clonando las huellas digitales de los conductores.

No está demás mencionar el caos que reina en la única autopista que tenemos en la ciudad de Lima, que muy lejos de ser la "US One" es la "Only One" y que se encuentra desbordada e invadida por camiones que deberían circular por el carril derecho y hoy por hoy lo hacen por el del medio y cuando quieren sobrepasar, lo hacen por el carril izquierdo, generando, con su irresponsabilidad y lentitud, cientos de horas hombre perdidas, horas de trabajo que este país necesita a gritos.

No podría dejar de mencionar a todos esos hijos de puta -con todas sus letras-, que cada fin de semana invaden el carril de emergencia de la autopista Panamericana con el afán de ganar uno o dos minutos, no más, para llegar a su destino.

El problema del tránsito en nuestra ciudad se ha agravado con la creciente presencia de motocicletas que hacen despachos a domicilio, las mototaxis y además, la reciente aparición de las patinetas o scooters eléctricos que, valgan verdades, circulan por donde les da la gana, a pesar de las tardías resoluciones emitidas recientemente por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y municipalidades buscando regular su uso.

Por último, la inexplicable circulación por nuestras pistas de cargadores frontales, motoniveladoras, grúas horquilla y otras maquinarias para construcción que circulan a 30 km por hora, sin placas y sin que se sepa el tipo de licencia de conducir que puedan tener sus choferes, si es que la tienen.

La gravísima falencia de la campaña  #NoTePases, a mi parecer, es que hasta ahora, ni con el pétalo de una flor y no entiendo por qué, se niega a mencionar la responsabilidad de la Policía Nacional del Perú y el rol que le toca como Policía de Tránsito o como Policía de Carreteras.




Querido lector, ¿se ha dado cuenta cómo siempre nuestros policías se ponen a hacer el trabajo de los semáforos, que funcionan perfectamente, desperdiciando recursos, cuando podrían estar ayudando una o dos cuadras más allá, donde no hay semáforos y hay congestión y, en todo caso, sancionando a los infractores?

¿Ha visto cómo los conductores de vehículos, de rey a paje, infringen el Reglamento de Tránsito delante del policía y este no hace nada? No pues, qué flojera, más fácil es estar soplando el pito y moviendo el palito.

¿Ha visto alguna vez algún vehículo de la Policía de Carreteras mientras iba o venía de la playa durante el verano que acaba de terminar?

Y es que, aparentemente, la Policía de Tránsito y la Policía de Carreteras no existen.

Lo que si le aseguro es que alguna vez se ha encontrado con un policía corrupto que le ha querido sacar plata.

A todo esto, ¿qué hay de la tan ansiada Autoridad Única del Transporte? ¿Qué han hecho nuestros honorables congresistas para impulsar alguna ley que mejore la circulación en nuestra ciudad? ¿Vitocho, Mulder, Rosa Bartra, Yeni Vilcatoma y otros, qué propusieron?

Aceptémoslo, podrán hacerse mil campañas de concientización, pero si no tenemos una Policía de Tránsito capacitada, eficiente, decente, que ejerza su autoridad  y no tenemos leyes y reglamentos que sancionen debidamente, no va a pasar nada.

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