LA ABDICACIÓN DE VIZCARRA
El principio de Peter o principio de incompetencia de Peter, sostiene que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, a tal punto que llegan a un puesto en el que ya no pueden formular ni siquiera los objetivos de un trabajo y alcanzan su máximo nivel de incompetencia.
Corolario de este principio es que todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes. Y esto es lo que sucede, desgraciadamente, con el presidente Martín Vizcarra, quien después de ser un "exitoso" presidente regional o gobernador de Moquegua, una minúscula región que aporta casi nada a nuestra economía, de manera irresponsable aceptó ser primer vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski. A continuación fue un controvertido Ministro de Transportes y Comunicaciones por el tema del aeropuerto de Chinchero que a la larga lo obligó a renunciar al cargo ante la presión de ese miserable Congreso que tenemos. Para salvarlo, PPK lo nombró embajador de Canadá, posición en la que no dejó rastro, para finalmente terminar como presidente de la República, después de un evidenciado complot en el que también participó el pusilánime César Villanueva, su ex-primer ministro, hoy involucrado en pagos irregulares de Odebrecht.
Tal vez el mayor logro del señor Vizcarra haya sido el ponerle freno a un Congreso desbocado y plagado de delincuentes de cuello y corbata, sin embargo esto no ha significado para los peruanos un mayor crecimiento, mayor seguridad, más escuelas y hospitales, menos anemia infantil, entre otros muchos pendientes.
Promovió una reforma judicial absolutamente entrampada, una reforma política que nadie sabe en qué terminará, siendo su mayor error la eliminación de la reelección parlamentaria y, sin que estas reformas hayan salido adelante, aceptó su falta de capacidad para gobernar y el último 28 de julio propuso que se vayan todos, él incluido.
Su legado al país y su espacio en la historia pudo ser el proyecto Tía María, pero como un cobarde abdicó y se bajó los pantalones ante un delincuente como Elmer Cáceres Llica, el gobernador de Arequipa.
Elmer Cáceres Llica es un mal nacido, un paria, un traidor a la patria, un maldito que carga una pesada mochila de denuncias por violación, varias investigaciones de corrupción de funcionarios y denuncias por delitos comunes como usurpación y falsificación de documentos. Lo justo para esta basura sería la pena de muerte.
Y es ante este delincuente que el presidente Vizcarra se ha puesto de rodillas, suspendiendo, a través del Consejo de Minería, órgano que depende de su ministro de Energía y Minas, la licencia de construcción a Southern Perú para un proyecto de 1,400 millones de dólares que beneficiará a todos los peruanos.
Arequipa es una región eminentemente minera y esta actividad representa el 37.7% de su economía, según estimaciones del BCR. La agricultura sólo representa el 5.5%. No nos dejemos engañar entonces con los falsos argumentos de los comunistas antimineros.
Hoy tenemos a Cerro Verde, Las Bambas, Constancia y Antapaccay en riesgo de parar su producción debido al bloqueo de operaciones en el puerto de Matarani. Si estas empresas dejaran de operar, las pérdidas serían de US$ 20 millones diarios.
Sin embargo y aunque parezca paradójico, los más afectados debido al bloqueo de rutas que conectan Arequipa con el resto del país, son los productores de los principales cultivos agrícolas y de agroexportación, los cuales empiezan a perderse, poniéndose en riesgo su campaña agrícola y el sustento familiar.
El conflicto de Tía María está sirviendo para que Vizcarra tome conciencia de que gobernar el Perú no es gobernar Moquegua y al resto de peruanos para comprobar que el presidente no es capaz de ejercer el principio de autoridad en los conflictos sociales. Es así que en vez de enfrentarse al gobernador de Arequipa, quien lo tildó de traidor, le concedió revisar el estudio de impacto ambiental y una nueva Ley General de Minería, contra nada a cambio y dejando a los arequipeños en manos de vándalos y delincuentes.
#QueSeVayanTodos #JalenLaCadena
Tal vez el mayor logro del señor Vizcarra haya sido el ponerle freno a un Congreso desbocado y plagado de delincuentes de cuello y corbata, sin embargo esto no ha significado para los peruanos un mayor crecimiento, mayor seguridad, más escuelas y hospitales, menos anemia infantil, entre otros muchos pendientes.
Promovió una reforma judicial absolutamente entrampada, una reforma política que nadie sabe en qué terminará, siendo su mayor error la eliminación de la reelección parlamentaria y, sin que estas reformas hayan salido adelante, aceptó su falta de capacidad para gobernar y el último 28 de julio propuso que se vayan todos, él incluido.
Su legado al país y su espacio en la historia pudo ser el proyecto Tía María, pero como un cobarde abdicó y se bajó los pantalones ante un delincuente como Elmer Cáceres Llica, el gobernador de Arequipa.
Elmer Cáceres Llica es un mal nacido, un paria, un traidor a la patria, un maldito que carga una pesada mochila de denuncias por violación, varias investigaciones de corrupción de funcionarios y denuncias por delitos comunes como usurpación y falsificación de documentos. Lo justo para esta basura sería la pena de muerte.
Y es ante este delincuente que el presidente Vizcarra se ha puesto de rodillas, suspendiendo, a través del Consejo de Minería, órgano que depende de su ministro de Energía y Minas, la licencia de construcción a Southern Perú para un proyecto de 1,400 millones de dólares que beneficiará a todos los peruanos.
Arequipa es una región eminentemente minera y esta actividad representa el 37.7% de su economía, según estimaciones del BCR. La agricultura sólo representa el 5.5%. No nos dejemos engañar entonces con los falsos argumentos de los comunistas antimineros.
Hoy tenemos a Cerro Verde, Las Bambas, Constancia y Antapaccay en riesgo de parar su producción debido al bloqueo de operaciones en el puerto de Matarani. Si estas empresas dejaran de operar, las pérdidas serían de US$ 20 millones diarios.
Sin embargo y aunque parezca paradójico, los más afectados debido al bloqueo de rutas que conectan Arequipa con el resto del país, son los productores de los principales cultivos agrícolas y de agroexportación, los cuales empiezan a perderse, poniéndose en riesgo su campaña agrícola y el sustento familiar.
El conflicto de Tía María está sirviendo para que Vizcarra tome conciencia de que gobernar el Perú no es gobernar Moquegua y al resto de peruanos para comprobar que el presidente no es capaz de ejercer el principio de autoridad en los conflictos sociales. Es así que en vez de enfrentarse al gobernador de Arequipa, quien lo tildó de traidor, le concedió revisar el estudio de impacto ambiental y una nueva Ley General de Minería, contra nada a cambio y dejando a los arequipeños en manos de vándalos y delincuentes.
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