VIZCARRA EN SU LABERINTO



"Errar es de humanos, perdonar es divino, rectificar es de sabios". Así dice una frase del poeta inglés Alexander Pope, o más bien el giro de este a una emblemática frase de Shakespeare.

Este cruce de francés con chinchana, de sabio no tiene nada, ni mucho menos, pero no tengo ningún problema en reconocer equivocaciones, como fue la que cometí en mi artículo del 30 de julio, cuando estuve de acuerdo con la propuesta del presidente Vizcarra para adelantar las elecciones generales para el 2020 y que se vayan todos, porque estamos hartos, de todos.

Me equivoqué, la Constitución debe respetarse y entonces que se vayan todos, pero el 2021. El Poder Ejecutivo, representado por el presidente de la República, debe respetar las reglas de juego por las cuales fue elegido por la mayoría de peruanos.

Como lo han dicho varios constitucionalistas y el señor Pedro Olaechea, presidente del Congreso, debemos respetar cada letra de nuestra Constitución Política:


Artículo 115°.- Impedimento temporal o permanente del ejercicio de la Presidencia

Por impedimento temporal o permanente del Presidente de la República, asume sus funciones el Primer Vicepresidente. En defecto de éste, el Segundo Vicepresidente. Por impedimento de ambos, el Presidente del Congreso. Si el impedimento es permanente, el Presidente del Congreso convoca de inmediato a elecciones.

Si el señor Vizcarra quiere elecciones generales el 2020 que renuncie, luego que renuncie la señora Aráoz (si la convence) y el señor Olaechea convocará inmediatamente a elecciones. No es necesario modificar la Constitución como él quisiera.

Pobre el presidente Vizcarra, el terno le quedó muy grande sin duda. Traicionó a PPK, se rodeó de asesores de dudosa reputación, nombró ministros mediocres de los cuales ni nos acordamos sus nombres, salvo tal vez el de Salvador del Solar como Primer Ministro, Carlos Oliva como ministro de Economía y Finanzas, Vicente Zeballos como ministro de Justicia y probablemente el de Francisco Ísmodes en Energía y Minas, de triste recordación por el tema de Tía María. Ah, y el de César Villanueva, su ex-primer ministro, tan complicado hoy.

Le acaban de renunciar tres de sus mejores congresistas, que además, le fueron leales. Ya no tiene bancada, si lo que queda de Peruanos por el Kambio (PpK) podría considerarse como tal. En el Congreso solo cuenta con el apoyo de la izquierda, desde  la radical hasta la moderada, representada por el Frente Amplio, Nuevo Perú y la Bancada Liberal, que a lo más le suman 30 de 130 votos.



Craso error, se comportó como un patán con la señora Mercedes Aráoz, la vicepresidenta del Perú. La caballerosidad y la honorabilidad no se compran lamentablemente, vienen de cuna, se aprenden en casa.

Sí, en su momento pudo ser bueno enfrentar a ese Congreso hostil, obstruccionista y plagado de delincuentes e indeseables (aunque Olaechea y los fujiapristas digan que no), pero lo cierto es que el desarrollo de nuestro país, el futuro del Perú, no es un debate y enfrentamiento entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, es un tema de trabajo en conjunto entre estos dos poderes del estado y sobretodo de ejecución, responsabilidad que es exclusiva del gobierno.

En el balance, ni el Poder Ejecutivo ha ejecutado y ahí están pendientes la reconstrucción del norte, la solución del problema de la anemia infantil, el papelón y fracaso del proyecto minero Tía María, etc.; ni el Poder Legislativo ha hecho ninguna reforma importante, la más urgente, la reforma laboral.

En el sector privado, el gran reto de los empresarios es vender más, gastar mejor, crecer y expandirse, dando más empleo, oportunidades, bienestar y pagando impuestos. En el sector público, específicamente en los ministerios, ni siquiera tienen que vender, que es lo más difícil; lo único que deben hacer nuestros ministros es gastar lo que se les asigna del tesoro público que se genera con nuestros impuestos. Y no lo hacen y en todo caso lo hacen mal. Ineptitud total, además de corrupción. Nuestros legisladores tampoco ayudan, más les interesa decretar el día del cuy chactado, el día del emolientero o el día del colectivero informal.

Y en gran parte por eso es que en el Perú estamos como estamos: Niveles de educación y anemia infantil vergonzosos, temor de la inversión privada, ineptitud en la inversión pública, inseguridad ciudadana, impunidad, corrupción galopante, decrecimiento en todos los indicadores, etc., etc, etc.

Señor Vizcarra si no puede afrontar sus responsabilidades, como lo ha demostrado hasta ahora, renuncie y váyase a su casa. No sea terco, no sea caprichoso, no sea populachero y deje ese estúpido discurso populista. Deje esa cantaleta de que su propuesta de adelanto de elecciones es no negociable y que repiten a diario como tontos sus lacayos Zeballos y Montenegro.

La voz del pueblo, esa que menciona usted en cada uno de sus discursos de plaza, es la misma voz de quienes perdonaron a Barrabás para crucificar a Jesús.



Por favor lea nuestra Constitución Política, entiendo que tal vez tenga problemas de comprensión lectora como la tienen muchos peruanos, y si es así, pida ayuda.

Van ocho años perdidos, contando con los cinco del gobierno de Nadine Heredia Ollanta Humala: Siéntese a conversar con el presidente del Congreso, negocie, acuerden una agenda para el Perú, por ahí un gabinete de cohabitación al estilo francés como propuso el señor Jaime De Althaus.

Ya sabemos que usted no quedará en los libros de historia como un estadista, tampoco quede como un cobarde.

Mientras tanto, en el sur del Perú siguen la violencia, los ataques sistemáticos a oficinas, a vehículos que intentan circular, el apedreo de buses, el bloqueo de vías; las clases no se han podido reiniciar de manera normal, los minerales siguen sin poder llegar al puerto de Matarani. ¿Se siente cómodo como espectador y aliado del delincuente Elmer Cáceres o ejercerá la autoridad en algún momento para devolver la paz y tranquilidad a esta zona?

Por cierto, no está demás decirle que el show que hizo en Tacna, una plaza histórica, no tiene perdón.

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