LA INEPTITUD Y LA EJECUCIÓN DEL PRESUPUESTO DE INVERSIÓN PÚBLICA
Las cifras de ejecución del presupuesto de inversión pública al 24 de diciembre del año que terminó, casi con el año cerrado, son del espanto, una vergüenza para cualquier autoridad responsable. La ejecución de este importante presupuesto había alcanzado a esa fecha apenas el 58.6%. Es decir de cada mil soles de presupuesto, se invirtieron menos de 600 soles. Los gobiernos subnacionales –locales y regionales– tenían en promedio una ejecución de poco menos de 55%, los ministerios gastaron el 71.2% del presupuesto para proyectos, mientras que el gobierno nacional llegaba a 65%.
Si bien la cifra de avance de los municipios y las regiones ha sido menor a la de los ministerios y los órganos de alcance nacional, cifra vergonzosa en realidad, no puedo más que protestar contra quienes pretenden excusar esta ineptitud aduciendo que el 2019 fue el primer año de gestión de los alcaldes y los gobernadores regionales elegidos a fines del 2018. Los peruanos tendríamos que creer que estos gobiernos subnacionales tienen planes establecidos, tienen proyectos en ejecución o por ejecutarse, en planes de corto, mediano y largo plazo; pero lamentablemente no es así.
La realidad parecería decir que cada cuatro años tenemos borrón y cuenta nueva. Un absurdo. Es decir, de acuerdo a la ley, porque estúpidamente no hay reelección, cada cuatro años debemos retroceder al meno uno.
En cuanto a la administración del golpista y traicionero Vizcarra (nunca olvidemos sus contubernios con el delincuente ex-primer ministro César Villanueva para vacar a PPK), podemos afirmar que con ya 22 meses en el cargo, su gestión ha tenido tiempo más que suficiente para afirmarse, estableciendo prioridades y poniendo manos a la obra. Los resultados hacen patente su paupérrima capacidad de ejecución y es lo que marca la diferencia entre un estadista y un gobernador de provincia misia. (PPK, te equivocaste poniendo a este calichín inepto como primer vicepresidente, cuando debiste poner a Mercedes Aráoz, con muchos más pergaminos). El 2019 ha tenido el porcentaje de ejecución de la inversión pública adscrita al gobierno nacional más bajo de la última década. En los últimos diez años el promedio del presupuesto ejecutado por el gobierno nacional había sido de aproximadamente 78%; el año que pasó fue de 13 puntos porcentuales menos. Una vergüenza.
Respecto a la Reconstrucción con Cambios (JAJAJA, que está igual o peor que la de Pisco después del terremoto del 2007), según cifras publicadas por el Banco Central de Reserva (BCR), entre enero y noviembre del 2019, la ejecución de proyectos del gobierno nacional fue de S/411 millones. Este monto representa el 19% del presupuesto asignado para el año.
¿A quién colgamos por Dios?
Respecto a la Reconstrucción con Cambios (JAJAJA, que está igual o peor que la de Pisco después del terremoto del 2007), según cifras publicadas por el Banco Central de Reserva (BCR), entre enero y noviembre del 2019, la ejecución de proyectos del gobierno nacional fue de S/411 millones. Este monto representa el 19% del presupuesto asignado para el año.
¿A quién colgamos por Dios?
(Tomado del Diario El Comercio)
No puede dejar de llamar la atención la pobre ejecución de ministerios con un presupuesto significativo para inversión: Los de Agricultura y Vivienda, Construcción y Saneamiento están considerablemente por debajo del promedio de ejecución del Ejecutivo. Pero el ministerio que más llama la atención por el poco avance en sus obras es también uno de los más emblemáticos: el de Salud. Con el año casi por culminar, dicha entidad ha ejecutado apenas el 42% de los S/646.9 millones que tenía de presupuesto para inversión en el 2019. Según información del diario El Comercio, en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza, por ejemplo, de los casi S/14 millones por invertir, se emplearon menos de S/4 millones. Una vergüenza.
El caso del Ministerio de La Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), a cargo de la guasona Gloria Montenegro (por la cantidad de pintura que se aplica a la cara todos los días), que no hace nada ni por las mujeres ni por las poblaciones vulnerables pero aparece en los medios todos los días opinando sobre lo que no conoce y quejarse, es lamentable. Ese 68.6% de ejecución se lo ha gastado en mandiles rosados para nuestra cada vez más desacreditada y desprestigiada Policía Nacional del Perú; tiene además órdenes de compra para blocs (160 mil soles), peines con espejo (115 mil soles), juegos de memoria (140 mil soles), bolsas de lona (390 mil soles), chalecos (592 mil soles), entre otros gastos, que tienen como fin orientar a los hombres “para la construcción de una nueva forma de masculinidad” (207 mil soles). ¡PLOP!
Queda claro que el denominador común en todos estos casos es la incompetencia, sea por ese ominoso lastre del proceso de descentralización que irresponsablemente lanzó el ex-presidente Toledo hace 17 años; sea por la impericia de nuestro presidente para escoger a sus mediocres ministros y la nuestra por supuesto, al no saber elegir a nuestras autoridades.
Suelto a continuación algunas propuestas:
- Si algún ministro no ejecutara al menos el 80% de su presupuesto sea obligatoriamente interpelado por el Congreso, por incompetencia. En el caso de las autoridades subnacionales (gobernadores y alcaldes), si no han ejecutado el mismo 80% del presupuesto asignado durante dos años consecutivos deberían ser vacadas de manera automática.
- Creación del "Bono de Incompetencia", por el cual a aquel ministro, gobernador, alcalde o presidente de algún organismo de alcance nacional (ESSALUD, ONP, RENIEC, etc.) se le descuente el 20% de sus ingresos anuales si no han cumplido al menos con el 80% de correcta ejecución del presupuesto asignado.
- Establecer por ley que el avance de la ejecución del presupuesto debe ser de 15% al I trimestre, de 25% al II trimestre, de 30% al III trimestre y de 30% al IV trimestre.
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PD.- En una noticia aparecida en el diario El Comercio el 2 de enero se informó que en los últimos cuatro días del año, el gasto en inversión pública representó el 10% del total desembolsado en el año. Lamentablemente estos hechos son usuales y revelan una pésima práctica por parte de las instituciones públicas, además de reflejar una mala calidad en la inversión.