MINISTRO MORÁN: LÁRGUESE
Los peruanos contamos con una institución corrupta, plagada de ineptos y liderada por un ministro que da vergüenza y que hace tiempo debió ser destituido. Sí, estimado lector, estamos hablando de la Policía Nacional del Perú.
Sólo por recordar las noticias de la última semana, un bus de la Policía Nacional invadió ilegalmente el carril exclusivo del Metropolitano, chocó con el puente peatonal de la estación, causando gran congestión vehicular a la altura de la Estación Javier Prado, en el carril norte a sur. ¿Y los responsables?
El jueves 20 de febrero, un hombre fue atropellado por uno de los buses del servicio de transporte del Metropolitano en el cruce de las avenidas Alfonso Ugarte y Bolivia, justo en el límite de Cercado de Lima con Breña. Según información de algunos testigos, el accidente se ocasionó, debido a que la agente de la Policía Nacional del Perú dirigía el tránsito de manera contraria al semáforo.
Burros con pito, porque no tienen otro nombre, estamos acostumbrados a ver a agentes policiales que reemplazan a los semáforos, supuestamente inteligentes, dirigiendo lo opuesto a las luces del semáforo, confundiendo a peatones y conductores. Según el artículo 60 del Código de Tránsito, “cuando los efectivos de la Policía Nacional del Perú dirijan el tránsito en una intersección semaforizada, deben apagar las luces de todos los semáforos de dicha intersección”, esto es mencionado en la sección de Dispositivos de Control. ¿Y los responsables?
No está demás mencionar la contaminación sonora que hacen con sus estúpidos pitos, herramienta cavernícola que hace tiempo debió ser eliminada.
¿Queremos hablar de la corrupción de los miembros de la PNP, del maltrato que le dan a las mujeres cada vez que quieren hacer una denuncia, de lo engorroso que resulta hacer cualquier trámite en una comisaría?
Señor Carlos Morán, ministro de Interior, usted es un inepto e inapto para el cargo. Su show mediático de disminución de protección policial a congresistas, o su espectáculo devolviendo en avión a delincuentes venezolanos que llegaron caminando, son una vergüenza, mientras la delincuencia crece día a día.
Pero lo entiendo, cuando uno tiene un presidente mediocre, un primer ministro más mediocre aún, no podría esperarse un ministro más o menos capaz, que opaque a sus jefecitos.
Renuncie, hágase un favor, hágalo por salvar a nuestra República.
Renuncie, hágase un favor, hágalo por salvar a nuestra República.