#YOMEQUEDOENCASA


Los peruanos seríamos mezquinos sino saludamos las medidas tomadas por el presidente Vizcarra el domingo 15  de marzo, cuando decretó la "Inmovilización Social Obligatoria" (léase Toque de Queda), entre otras medidas, con el fin de combatir la pandemia del Covid-19 que aqueja a todo el mundo.

No podríamos cuestionarlo, porque simplemente el mundo no ha estado preparado para una pandemia; el presidente Vizcarra se ha puesto al frente del problema y qué bueno por él y todos los peruanos. Sin duda fue el primero en Latinoamérica en tomar estas drásticas medidas.

Se han cometido errores, sin duda. La prueba más palpable es ver las entrevistas que se hacen a los ministros y estos dan respuestas contradictorias o inventan cualquier cosa con tal de salir del paso frente al periodista, confundiendo más a la ciudadanía. Pero en fin, ese es el mediocre gabinete del presidente y es lo que hay. El periodismo, lamentablemente, también ha contribuido a generar confusión

Quien si ha fallado es ese grupo de ciudadanos irresponsables, desde el nivel socioeconómico A-B hasta el D-E, desde el empresario formal hasta el informal, desde el residente de San Isidro hasta el de San Juan de Lurigancho, que creen que están por encima de la ley y que vienen demostrando cada día su falta de cultura, su falta de educación y su falta de solidaridad ante una situación tan grave. Los videos que se comparten por las redes todos los días son prueba irrefutable de su falta de empatía con los demás. Ojalá el peso de la ley caiga sobre ellos con todo el rigor.

Han fallado también algunas autoridades secundarias como el miserable alcalde de La Molina, Álvaro Paz de la Barra, quien con su obsesión compulsiva por llamar la atención pretendió cerrar "las fronteras" del distrito que dirige (no de sus distrito). Lo mismo que otros alcaldes en provincias que parece que no tienen idea de hasta dónde llegan sus atribuciones. En menor medida, pero no menos importante, también han fallado algunos integrantes de las fuerzas del orden, sea por excesos, como el que cometió el comisario de Miraflores al ordenar detener a los que paseaban a sus mascotas; o también por falta de autoridad, como lo he podido comprobar en Punta Hermosa, donde decidí pasar este período de aislamiento.

Quisiera ser optimista y creer que este período de aislamiento de 15 días será suficiente para que, con otras medidas menos restrictivas, podamos retornar poco a poco a nuestras labores habituales. Creo, sin embargo, que esto no será posible gracias a esos malos ciudadanos.

Mi reconocimiento, en primer lugar, a todos los profesionales de nuestro precario sistema de salud y que están haciendo un esfuerzo sobrehumano: Médicos, enfermeras y todo ese gran equipo alrededor de ellos; a nuestra policía y fuerzas armadas, acuartelados y lejos de sus familias, encargados del orden; al personal que está trabajando en bancos, supermercados, mercados, tiendas de abastecimiento y farmacias; a los que distribuyen el gas; al personal de las empresas eléctricas y de agua; a las personas que silenciosamente se encargan de recoger la basura de nuestras casas todas las noches y en general, a toda esa población encargada de que la cadena de distribución no se rompa.

Mi reconocimiento también, por último, a las juntas directivas de los edificios y por qué no de clubes también, poco reconocidas y siempre criticadas por gente mezquina, que en una situación imprevista, han tenido que improvisar medidas de urgencia para que se mantenga la seguridad, la limpieza y bienestar de residentes y trabajadores.

¿Queremos salir de esta? Solo tenemos que quedarnos en casa, ¿es tan difícil?

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