CHOQUE DE PODERES
Una vez más, desde las últimas elecciones, el Poder Ejecutivo, sin partido ni presencia en el Congreso, se enfrentó al Poder Legislativo. Esta vez, buscando recuperar estúpidamente algunos puntos de popularidad, fue por lana y salió trasquilado. Como si uno que está solo vaya a ser asaltado por una banda de maleantes y decide enfrentarse a esta. Me pregunto cuánto se le paga a Maximiliano Aguiar y al resto de pésimos asesores del presidente y cuántas camas clínicas o carpetas podrían comprarse por ese monto.
Siguiendo con lo de los pésimos asesores, ¿cómo el presidente Vizcarra pudo pechar al Congreso de esa manera cuando le están apareciendo tantos sancochados? Ahí están los temas de Miriam Morales, el de su cuñado, el de la concuñada, el de Richard Swing y antes lo del hospital de Moquegua y el aeropuerto de Chinchero.
Por el lado de nuestro nuevo Congreso, el cual debemos agradecer al presidente Vizcarra luego de haber disuelto el anterior de manera antojadiza, la cosa viene de mal en peor. A la barrabasada cometida ese fatídico 5 de julio habría que agregarle absurdos como la liberación del 25% de las AFP, la suspensión de los peajes en el territorio nacional durante el estado de emergencia, la pretendida devolución de los aportes a la ONP, la también pretendida reforma constitucional para obligar al Estado a asignar no menos del 6% anualmente al sector Educación, el dictamen para el pago de deudas o el acoso que se le viene haciendo a la SUNEDU, entre muchas perlas. Todo esto, por supuesto, aprobado en tiempos récord, sin que haya habido un análisis técnico serio que certifique la pertinencia y viabilidad de los proyectos.
Digamos las cosas claras y sin tapujos; este Congreso, sin lugar a dudas es peor que el anterior, es una buena porquería, una letrina plagada de bestias con cerebros más pequeños que los de un mosquito. Y si antes yo decía que en esta pocilga se podían salvar diez congresistas, hoy me quedarían a lo sumo ocho. Son una banda de miserables que en vez de servir al país, se sirven de el para sus propios intereses.
Mientras todo esto sucede, los peruanos se siguen muriendo por efectos de una pandemia manejada de manera desastrosa por parte del gobierno y que además, ha llevado al país a su peor crisis económica de los últimos 100 años.
No es momento de enfrentamientos entre poderes. Urge desarrollar una agenda conjunta que incluya al sector privado para lograr la recuperación económica de nuestro país y contener el aluvión populista que estamos viviendo. Para ello es indispensable que el presidente de una señal y haga un recambio total del gabinete. Como bien lo mencionó hace unos días mi buen amigo Diego Uceda, "unidad ante la adversidad".
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PD.- Aplaudir al presidente Vizcarra por haber convocado elecciones es como aplaudir cada vez que abrimos el caño y sale agua.