CUANDO LA CORRUPCIÓN NO TIENE LÍMITES
Como muchos recordarán, el 18 de abril de este año y en el contexto de la emergencia sanitaria nacional, el gobierno de Martín Vizcarra oficializó a través del Decreto Legislativo 1465, la compra de 840,000 tablets con acceso a internet para escolares de zonas rurales y urbanas del país, con el fin de garantizar la continuidad del servicio educativo en la educación básica y superior en todas sus modalidades.
Más de tres meses después, no solo no se ha logrado la compra, exonerada de un proceso de licitación por la emergencia, que le hubiera dado más transparencia al proceso, sino que este ha sido declarado nulo, por lo que habrá que comenzar de cero nuevamente. Los grandes perjudicados, 966,000 niños que, evidentemente, ya perdieron el año escolar.
En medio de todo este extraño y por supuesto sospechoso proceso, ¿en qué momento se pasó de 840,000 tablets a 966,293? La diferencia de más de 126,000 dispositivos me hace recordar a la cantidad de muertos que viene reportando el Ministerio de Salud y los que son en realidad.
Hace más de un mes la Contraloría, que hacía control concurrente, había advertido varios riesgos en la compra de estas tablets, pero la viceministra de Gestión Pedagógica, Diana Marchena, las minimizó, llamándolas "recomendaciones" y se continuó con el proceso.
Y el proceso finalmente se cayó, justo cuando debían entregarse los primeros dispositivos, porque la empresita seleccionada, Topsale S.A.C., "empresa flexible e innovadora con la solvencia necesaria en todos los proyectos que decide participar", como indica su página web, no pudo entregar en fecha una carta fianza por el 10% del monto total del contrato, lo cual era una condición previa e imprescindible.
La empresita tampoco pudo acreditar de manera fehaciente, entre otras faltas, su relación con el fabricante de las tablets y los cargadores solares, así como su capacidad de brindar la garantía y el servicio de post-venta establecidos en las bases.
Este escandaloso y vergonzoso proceso, es tan solo un ejemplo más de las miles de compras que se dan al interior del Estado. Procesos de adquisiciones y contrataciones que se dan sin cumplir con todos los requisitos de transparencia e idoineidad requeridos y menos aún, con la rapidez necesaria.
En el sector Salud, uno de los más corruptos que existen al interior del Estado, se asignaron en el año 2019 S/ 16,800 millones, en el 2020 S/ 18,000 millones y para el 2021 nuestro presidente mentiroso e inepto anunció, pretendiendo sorprendernos, ¡S/ 20,000 millones! ¿El problema es la cantidad de plata que se asigna al presupuesto o la calidad del gasto e inversión, y la corrupción existente?
La ministra Pilar Mazzetti criticó al asumir el cargo hace un par de semanas, el exceso de burocracia de su sector señalando que "si me demoro unas horas en pasar un papelito, varias personas mueren".
Si el gobierno es incapaz de hacer una compra de tablets sin siquiera tener que pasar por una licitación, ¿que podríamos esperar de todas las promesas hechas esta semana en el Congreso por nuestro poco empático y soberbio presidente?
¿Sabremos algún día quiénes fueron los responsables de este escándalo? ¿Sabremos algún día las conexiones familiares del presidente Vizcarra en el sector público? ¿Sabremos algún día quién es Miriam Morales y sus relaciones con el mandatario? ¿Sabremos algún día lo de Richard Swing? ¿Sabremos algún día cuál fue el congresista que le mentó la madre al presidente? ¿Sabremos algún día algo?