GRUPO EL COMERCIO: ¿SE ACERCA EL FIN?



Pasó antes con íconos de la prensa nacional como fueron La Prensa y Oiga. Hoy pasa con Caretas, que por pleitos entre los herederos de don Enrique Zileri Gibson, está hace meses en cama UCI y de revista semanal se convirtió en revista mensual y no sabemos si sobrevivirá.

¿Por qué no podría pasar que el Grupo El Comercio, que incluye al diario del mismo nombre, Gestión, Perú21, Correo, Trome, Ojo, Depor, América Televisión y Canal N, esté llegando a su final?

Por un lado, la significativa caída de ingresos que le daban sus grandes sponsors de antes de la pandemia como LAN, Ripley, Falabella, Sodimac, Wong, Hiraoka, entre otros. Por otro lado la caída del tiraje debido a la cancelación de suscripciones que comentaré más adelante.

No he tenido el tiempo de revisar memorias y estados financieros de este grupo, pero es sabido y público de la caída de 70% en sus ventas, teniendo pérdidas por más del 30%, lo cual, sin duda, es un indicador que preocuparía a cualquier persona con mínimos conocimientos de finanzas, como yo, que soy vendedor y no financiero.

Hace unos días, el novel director de El Comercio, publicó un editorial "plañidero" —término correcto que utilizó el diario Expreso—, en el cual trató de manera infructuosa de deslindarse del señor José Alejandro Graña Miró-Quesada, afirmando que su participación en el grupo era apenas de poco más del 2%.

Como dicen, de manera popular y por demás injusta porque se merecen todo nuestro respeto, "para cojudos los bomberos": El señor José Alejandro Graña Miró-Quesada sumaría más del 10% del accionariado, la mayoría, si se considera las acciones que le dió a sus dos hijas, a su hermana, las que él retiene y por supuesto, las que puedan sumar sus amigotes.

El Comercio, lamentablemente perdió toda la credibilidad ante sus lectores al pretender mantenerlos desinformados, sometido o hipotecado a los intereses del gobierno de turno que los financiaba con sus millones de avisaje y por supuesto, a la defensa de la corrupta Odebrecht y todos sus satélites. En estos tiempos electorales, la defensa que hace a unos candidatos y los ataques que hace a otros es escandaloso y notorio. La publicidad estatal como bien es sabido, es usada como herramienta de control social y político.

Tuve el honor de conocer a Alejandro (Jan) Miró Quesada Garland, director de El Comercio de 1980 al 2011, en mis épocas de anconero y disfrutar sus simpáticas y entretenidas historias y anécdotas después del tenis o el frontón, con unas cervezas o pisco sours. Sin duda el se sentiría muy avergonzado de lo que sucede actualmente en el diario o el grupo periodístico que forjó su familia con tanto esfuerzo.

El desprestigio es tal, que el novel director, Juan Aurelio Arévalo Miró Quesada, en la misma editorial que publicó, afirmó que la publicidad del Estado en los diarios del grupo durante el 2020 representó solo el 3,3% de los ingresos totales y en lo que va del 2021 apenas llega al 2%. ¿Y le pregunto yo, cuánto representa este monto sobre las utilidades?

Durante la semana se han difundido varios correos entre miembros de la familia Miró Quesada que evidencian las desavenencias y el mal momento que pasa este grupo.

En lo personal, y como muchos lo vienen haciendo, hace unos días he cancelado las suscripciones que tenía a Gestión, Perú21 y Correo. Por un tema de sentimentalismo, por lo que ha significado en mi vida y en mi formación política, y porque aun cuenta con un pequeño puñado de buenos columnistas, mantendré por ahora la de El Comercio, con la esperanza de que pueda corregir el rumbo. 

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