MARTÍN VIZCARRA, RATA INMUNDA.



Foto: Reuters

Hace unos días me encontraba en una de las frecuentes reuniones virtuales que tenemos cada día debido a la pandemia. En esta ocasión fue con un grupo de políticos, y mencioné que el Lagarto Vizcarra, ese mal nacido, ese hijo de mala madre, ese ladrón y asesino a quienes muchos de los que me leen defienden o defendían, a pesar de haberse vacunado, comportándose como la rata asquerosa que es, no solo debía ser inhabilitado por diez años para ejercer cualquier cargo público sino que debía contagiarse, debía enfermarse y debía hacer las colas que hacen muchos peruanos que no tienen oxígeno y menos aún acceso a una cama UCI. Y terminaba mi perorata diciendo que el hijo de puta debía morir asfixiado, porque era lo justo.

Algunos de los queridos amigos que tengo en este grupo y de quienes me nutro y aprendo cada día se reían de mi comentario, otros me apoyaban y otros, los más sabios —gracias querido Tribuno— me dijeron que mi comentario era muy fuerte. Hicieron  recuerdo del famoso vals peruano, "Cariño Malo", del gran Augusto Polo Campos.

Pero como mi blog no tiene restricciones (hasta ahora), me quiero ratificar y desearle a Martín Vizcarra, a su esposa, a sus hermanos, al resto de su su familia, a Daniel Salaverry y demás corruptos huelepedos que lo rodean, que se mueran ahogados, porque es lo que se merecen. Quisiera verlos hacer cola por un balón de oxígeno, rogando por una cama UCI.

Durante esta pandemia hemos perdido a muchos amigos y familiares, gracias a la ineptitud de Vizcarra y Sagasti. Espero haya justicia, si es que existe.

Y lo mejor para mi querido Perú este domingo 11.

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