PARA MIS AMIGOS TODO, PARA MIS ENEMIGOS LA LEY
Antes de la primera vuelta electoral, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) se negó a acatar una medida cautelar dictada por el Poder Judicial, para que se admita a toda la lista de candidatos al Congreso por el Partido Popular Cristiano. El presidente del JNE, el comunista defensor de terroristas, Jorge Salas Arenas, con doble voto en este fraudulento proceso electoral, a través del procurador del JNE, denunció por prevaricato al autor de la medida cautelar, al juez Luis Montoro, responsable de la medida cautelar.
Finalmente el JNE se embarró en la noticia y el PPC se quedó sin casi todos sus candidatos congresales en Lima. El Ministerio Público, a cargo de la señora Zoraida Ávalos, se cruzó de brazos, se hizo de la vista gorda y se dio media vuelta.
En paralelo, el JNE admitía las ilegales candidaturas de Martín Vizcarra y las de Pedro Castillo y Dina Boluarte, entre otras muchas.
La semana pasada, el Congreso de la República, con un proceso de selección y evaluación, bien o mal hecho, pero en pleno uso de sus facultades constitucionales, inició el proceso de elección de seis de los siete miembros del Tribunal Constitucional que tienen más de dos años de vencido el encargo de cinco años. Sin embargo la jueza supernumeraria Amparo Soledad Blácido Báez, un cargo no titular, ordenó al Congreso de la República que suspenda el proceso de elección de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional. Disculpen, ¿No es que los congresistas no están sujetos a mandato imperativo?
Esta vez, sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en el caso del JNE y el PPC, la lacaya del lagarto Vizcarra, extraña e irresponsablemente de vacaciones ante la falta de fiscales supremos, dispuso de "diligencias preliminares contra los congresistas que resulten responsables de la presunta comisión del delito de resistencia o desobediencia a la autoridad, al haber ratificado el acuerdo de la Junta de Portavoces para continuar con la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, el día 7 de julio de 2021, pese al mandato judicial de suspensión provisional."
Es decir y una vez más, "Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley".
Es pertinente también, mencionar la tremenda falta de respeto y maltrato a personas honorables y de gran reputación que han postulado al Tribunal Constitucional, como son la señora Delia Muñoz y los señores Carlos Hakansson, Gonzalo Ortiz de Zevallos, Ernesto Álvarez, entre otros.
Lamentablemente ahí están las garras y los colmillos del lagarto, ese maldito, ambicioso, traicionero, quien a través de todas sus cochinadas y mentiras, robó y se hizo rico como gobernador de Moquegua, se hizo del poder, a través de sus constantes bajezas. Hizo un estúpido e innecesario referéndum promoviendo a una Junta Nacional de Justicia a su medida, impidiendo la reelección de congresistas, entre otros. No siéndole suficiente el daño realizado, cerró el Congreso con el respaldo del Tribunal Constitucional, otra de las instituciones que ultrajó.
No está demás recordar que durante su mandato, Perú fue el país que peor manejó la pandemia, tanto en el aspecto sanitario como el económico. Hasta que se descubrió que él, su esposa, su hermano y unos cientos de sinvergüenzas más, se habían vacunado de manera ilegal, lo cual le costó la vacancia y más adelante la inhabilitación para ejercer cualquier cargo público durante diez años, lo cual lo dejó fuera del Congreso elegido el 11 de abril.
El daño, sin embargo, ya está hecho. Todas las instituciones tutelares de nuestro país están podridas: El Tribunal Constitucional, que aparentemente no será renovado en mucho tiempo más, para beneplácito de la izquierda; el Ministerio Público, el Poder Judicial, la Junta Nacional de Justicia, el Jurado Nacional de Elecciones, la ONPE, el peor Poder Legislativo que podamos haber tenido y obviamente, el Poder Ejecutivo.
Probablemente ad-portas de la proclamación del señor Pedro Castillo como presidente (ojalá no se atrevan), gracias al desastre ocasionado por Martín Vizcarra, al fraude provocado por la ONPE y el JNE, y la indolencia del presidente Sagasti, la situación del país es de absoluta zozobra. Mientras se menciona una ilegal asamblea constituyente, los precios de los alimentos, de los combustibles y del dólar no paran de subir.
La democracia puede haber sido derrotada esta vez, pero no ha sido destruida. Se habrá perdido una batalla pero esta guerra recién comienza. Los demócratas estamos en pie de lucha.
Mientras tanto un lagarto inmundo sigue reptando por las calles en plena libertad y un condenado por corrupción como es Vladimir Cerrón tuitea diariamente como si estuviera en libertad.