Y MIENTRAS TANTO EN EL PERÚ...
Y mientras tanto en nuestro querido país, el burro con sombrero sigue mintiendo a los peruanos con el cuento de que en enero empezaría a dar conferencias de prensa, con lo de los cambios de ministros que ofreció en diciembre y diciendo que la inversión extranjera es bienvenida en el Perú.
El Congreso, si hubiera sido más inteligente, debió condicionar la autorización del viaje presidencial a Colombia a que Castillo proporcione la lista de visitantes del Jr. Sarratea. Eso es equilibrio de poderes, eso es saber negociar.
Mientras tanto también, la primera ministra Mirtha Vásquez, cual aserrín de cantina, sigue siendo pisoteada por todos los miembros de su gabinete y el entorno presidencial, demostrando en cada declaración suya, su total y absoluta falta de liderazgo. Lo cierto es que cualquier persona que tenga un concepto del honor y el orgullo algo desarrollado, habría renunciado hace muchas semanas.
Mientras tanto, en lo que constituye un insulto a la inteligencia de los peruanos, la petrolera estatal Petroperú volvió a otorgar la buena pro de una licitación manejada entre gallos y medianoche, sin la participación de la Contraloría General de la República, a la compañía Heaven Petroleum Operators (HPO), pese a que semanas atrás anunció la nulidad de un contrato alcanzado con la misma empresa por irregularidades en el proceso de compra de biodiésel B100. A mi, la lógica me dice que esta empresa debería estar impedida de contratar con el Estado mientras duran las investigaciones de la primera licitación.
Mientras tanto el gobierno, una vez más, en un evidente acto de devolución o intercambio de favores, nombra como Presidente del Directorio de Perupetro S.A., de manera ilegal —delinquiendo— al sinvergüenza, inmoral, falto de principios e investigado por el Congreso, Daniel Salaverry. Como ha sido ampliamente difundido, el artículo 13 de la ley 26225, que regula la organización y funciones de Perupetro S.A., establece que los miembros del directorio deben “ser personas con reconocida capacidad técnica y profesional en la materia”. Este lagarto, valgan verdades, ni siquiera califica como "persona".
Mientras tanto los peruanos somos engañados por la izquierda y la caviarada, que se cree intocable —incluidos el grupo El Comercio y RPP— y que se rasga las vestiduras tras la resolución del juez Raúl Jesús Vega en la demanda del siempre impresentable César Acuña, contra el periodista Christopher Acosta y contra Jerónimo Pimentel, director general de la editorial Penguin Random House. Yo no soy abogado, pero entiendo que la sentencia ha sido dada de acuerdo a ley, respetándose lo que se conoce como jurisprudencia. ¿Atentado contra la libertad de prensa o la libertad de expresión? ¿Alguien podría afirmar que se ha suspendido o prohibido la emisión del libro "Plata como Cancha? Por el contrario, sus ventas se han multiplicado. ¡No nos dejemos cojudear!
Mientras tanto los peruanos seguimos esperando la censura de Juan Silva, la joyita que tenemos como ministro de Transportes y Comunicaciones, quien ha plagado el ministerio y la Sutrán de indeseables y delincuentes, quien ha pactado con colectiveros informales que deben millones en multas, quien amenazó al personal periodístico de TV Perú como si este fuera canal del gobierno o lo que se vocea acerca de la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica, de otorgar la nueva concesión a firmas comerciales vinculadas de manera directa a gobiernos de izquierda como son Bolivia, Venezuela y probablemente Cuba; entre otras muchas perlas.
Mientras tanto en el Congreso se discuten dos dictámenes que pretenden modificar la Ley Universitaria, uno que afectaría la autonomía de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) y otro que le da oportunidades a las universidades no licenciadas a que sigan operando. Un absurdo que no tiene ni pies ni cabeza pero que responde a los intereses particulares de congresistas inmorales con intereses económicos precisamente en las universidades que no lograron el licenciamiento.
Mientras tanto el Ministerio de Salud, ante el avance de la variante Ómicron, decide cometer los mismos errores estúpidos del lagarto Vizcarra y de Francisco Sagasti, ampliando el toque de queda, lo cual lo único que genera es mayor congestión en el transporte público —probablemente el principal de foco de infecciones—, así como más problemas a cientos de miles de negocios que ya venían afectados como los restaurantes.
A todo esto, ¿Qué pasa con el otorgamiento de pasaportes, de DNI y de licencias de conducir? Con la excusa de la pandemia se creó un sistema de citas que en la práctica no funciona, pues es casi imposible obtener estos documentos, a los cuales todos tenemos derecho. ¿No sería mejor descentralizar y ampliar los puntos de emisión? La respuesta es NO, pues en los países totalitarios es el gobierno el que decide a quien le entrega un documento.
Por último y mientras tanto, la delincuencia crece a pasos agigantados y los peruanos nos preguntamos si tenemos ministro del Interior.
Jodidos estamos.
#VacanciaYa #RenunciaYa
#IncapazMoral
Escrito por Juan Carlos Suttor
Director de la Asociación Iberoamericana para el Desarrollo, Libertad y Democracia
AIDLD