ESA DESGRACIA LLAMADA "IDEOLOGÍA DE GÉNERO"



Escrito por Juan Carlos Suttor

Hace 200 años, la esclavitud era una parte más de nuestra "civilización". nadie la cuestionó, hasta que Ramón Castilla, militar y presidente del Perú, decretó la libertad para los esclavos negros, el 3 de diciembre de 1854, en Huancayo, durante un periodo de gobierno provisional durante la época de guerra civil que libraba contra José Rufino Echenique. En los Estados Unidos, el presidente Abraham Lincoln emitió la Proclamación de Emancipación el 1ro de enero de 1863, aboliéndola.

Lamentablemente la esclavitud sigue muy extendida en el mundo, bajo la modalidad de trata de personas, negocio que mueve millones y millones de dólares.

Hoy, los comunistas, fieles a las teorías de Antonio Gramsci, nos vienen queriendo imponer desde hace algunos años tonterías como el feminismo (en sus sabores feminista liberal, feminista marxista y socialista y feminista radical), el derecho al aborto, el lenguaje inclusivo y entre otros, la ideología de género. En este artículo, me enfocaré en esta última.

En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento en las discusiones en torno a la llamada "ideología de género". Este término se ha convertido en un punto de debate político y social, a menudo utilizado para describir un conjunto diverso de ideas y teorías sobre género y sexualidad. Si bien es importante reconocer y respetar la diversidad de opiniones, también es fundamental analizar críticamente la implementación de estas teorías en la sociedad y sus posibles implicaciones.

La conversación en torno a la ideología de género ha cobrado fuerza en el contexto de la igualdad de género y los derechos LGBT+, que son asuntos completamente diferentes. Aunque la promoción de la igualdad y la no discriminación es una causa noble, algunas preocupaciones legítimas han surgido en relación con la forma en que se está aplicando esta teoría en la política y la educación.

Uno de los aspectos más debatidos y criticados de la ideología de género es su presencia en el sistema educativo. Mientras la izquierda argumenta que la inclusión de conceptos de género diverso en las aulas es esencial para fomentar la comprensión y la tolerancia, somos muchos en el lado opuesto que nos preocupamos por la posible restricción de la libertad de expresión y la imposición de una única perspectiva ideológica.

Es importante que la educación sea un espacio donde los estudiantes puedan aprender y debatir una variedad de ideas y perspectivas. Sin embargo, algunas políticas que buscan promover la ideología de género dan lugar a la censura de opiniones disidentes o la imposición de una única narrativa sobre género y sexualidad. Esto plantea preguntas legítimas sobre la libertad de expresión y la diversidad de opiniones en las aulas.

Uno de los aspectos más controversiales de la ideología de género es su redefinición de los conceptos tradicionales de género y sexualidad. Esta ideología sostiene que "el género es una construcción social y que no está necesariamente vinculado al sexo biológico". Sin embargo, esto choca con las creencias arraigadas de muchos que consideramos que el género se deriva del sexo y que existen diferencias innatas entre hombres y mujeres.

El absurdo de la redefinición de género genera confusión y resistencia en nuestra sociedad o en la sociedad en la que yo me formé, ya que va en contra de visiones tradicionales y religiosas sobre estas cuestiones. Puede ser que las discusiones en torno al género puedan estar haciéndose complejas y deban abordarse de manera respetuosa, pero siempre que sean basadas en evidencia científica.

La introducción de la ideología de género en el sistema educativo ha sido objeto de debate en muchos países. Mientras los que la promueven, argumentan que es esencial enseñar conceptos de género diverso para fomentar la comprensión y la tolerancia —gran estupidez a mi modo de ver otros planteamos preocupaciones sobre la edad apropiada para discutir estos temas, el rol de la familia y la posible promoción de una única perspectiva en las aulas.

Otra atrocidad que se deriva de la ideología de género es la amenaza a la privacidad y los derechos de las personas, especialmente en el contexto de baños y vestuarios de género neutro, género que, por cierto, no existe. Sin duda la implementación de estas instalaciones pone en peligro la seguridad y el bienestar de las mujeres y niñas, así como la violación de su derecho a la privacidad. Ya vimos el ridículo que hizo hace unas semanas la empresa Lima Airport Partners (LAP) al implementar esta medida en el aeropuerto Jorge Chávez y tener que recular a los pocos días ante la presión de la ciudadanía y por indicación de Ositrán, el organismo supervisor a cargo.

Sin duda es esencial encontrar un equilibrio entre garantizar la igualdad de género y respetar los derechos y la privacidad de todas las personas. Pero esto no tiene nada que ver con la llamada "ideología de género".

Es fundamental el que, quienes no comulgamos con el progresismo y la izquierda, combatamos decididamente la ideología de género y promovamos el respeto por las creencias y valores de las familias. La educación debe ser un espacio donde se fomente el diálogo y la comprensión, y se deben tener en cuenta las necesidades de los estudiantes en todas las etapas de su desarrollo.

La ideología de género ha generado críticas legítimas en diversos aspectos, desde su redefinición de conceptos tradicionales hasta su impacto en la educación y la privacidad. Un aspecto crítico en cualquier sociedad democrática es la libertad de expresión y el debate abierto. La crítica a la ideología de género no debe considerarse como un intento de silenciar a quienes la apoyan, sino como un llamado a combatirla a quienes creemos en los valores y en la familia.

Hay una sutil diferencia. No nos dejemos confundir o engañar con la palabrería de los comunistas: La ideología de género es una maldición que no tiene nada que ver con la igualdad de género y los derechos LGTB+.

Finalmente, y que quede claro, el objetivo de este artículo no es oponerse a la igualdad de género o los derechos LGBT+, sino el de analizar críticamente cómo se implementan estas ideas en la sociedad y cómo pueden abordarse de manera respetuosa y constructiva. El respeto por la diversidad de opiniones es esencial en cualquier discusión sobre cuestiones tan sensibles como estas.

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