ALAN GARCÍA, SU PEDIDO DE ASILO Y EL FIN DEL APRA

Solo un sinvergüenza como Alan García podría decir que no tiene nada que temer, que va a colaborar, que se allana al impedimento de salida y a las pocas horas solicita asilo a la República Oriental del Uruguay. Solo un sinvergüenza como Alan García puede aducir persecución política en su contra y escribir tantas sandeces y mentiras en una carta. Lo cierto es que si existiera una persecución política, tendría que haber sido un estúpido para volver a Lima desde Madrid para declarar a la Fiscalía. ¿Persecución de parte del presidente Martín Vizcarra, hijo de un prominente aprista, miembro de la Asamblea Constituyente de 1978? ¿Persecución política de la vicepresidente Mercedes Aráoz, quien fue su ministra estrella durante su segundo mandato? ¿Persecución a uno de los personajes con mayor índice de desaprobación en el Perú? ¿Persecución de quién por Dios? Lo que parece es que finalmente tenemos un sistema judicial que quiere caminar y no precisamente por la porquería ...